Cénit surge de seis hectáreas de viñedo viejo, entre 80 y 100 años, en Tierra del Vino de Zamora. Estas viñas históricas, en suelos arenosos y arcillosos, producen un vino fino, profundo y equilibrado. Cenit aúna lo más esencial y por eso es para nosotros el punto culmen.
Los vinos de la Colección Clásica de Viñas del Cénit respetan la identidad de Tierra del Vino. Con una vinificación tradicional, destacan por su potencia y estructura, elementos esenciales que reflejan la calidez de la zona sin perder la autenticidad del terruño.
En el viñedo viejo de Tierra del Vino de Zamora se encuentran, además de la omnipresente Tempranillo, variedades blancas como la Doña Blanca, Verdejo, Godello, Albillo y Palomino. Con ellas elaboramos vinos blancos que están mostrando una identidad más completa de esta región vinícola.
La fecha de vendimia de cada parcela se determina buscando un punto de madurez óptimo favoreciendo la frescura y acidez natural de los vinos. Este enfoque permite una estructura equilibrada, donde la fruta se integra armoniosamente con la madera.
Viñas del Cénit utiliza la madera con moderación para realzar la expresión del viñedo. Las barricas suavizan los taninos y añaden complejidad, sin enmascarar el carácter del terroir. El resultado son vinos elegantes y profundos, siempre fieles a su origen.
Esencia
Clásica
Identidad de
una zona
En el viñedo viejo de Tierra del Vino de Zamora se encuentran, además de la omnipresente Tempranillo, variedades blancas como la Doña Blanca, Verdejo, Godello, Albillo y Palomino. Con ellas elaboramos vinos blancos que están mostrando una identidad más completa de esta región vinícola.
Potencia y
equilibrio
La fecha de vendimia de cada parcela se determina buscando un punto de madurez óptimo favoreciendo la frescura y acidez natural de los vinos. estructura equilibrada, donde la fruta se integra armoniosamente con la madera.
Madera
sutil
Viñas del Cénit utiliza la madera con moderación para realzar la expresión del viñedo. Las barricas suavizan los taninos y añaden complejidad, sin enmascarar el carácter del terroir. El resultado son vinos elegantes y profundos, siempre fieles a su origen.